A las puertas de la Capilla de la Encarnación podíamos ver una escena de la pasión de Cristo que en nuestra localidad nunca se había reproducido, la Última Cena, presidida por Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto con el Cáliz en la mano izquierda. La mesa llena de trigo y uvas, doce panes y doce vasos de vino, nos llevaban a ese instante antes del misterio que la Hermandad del Miércoles Santo saca a la calle.
Un altar original y que no dejó indiferente a nadie...
¡Vaya estampa! Que preciosidad
ResponderEliminarmerece el primer premio de los altares mas bonitos sin duda
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