
Ahora, esta bonita obra se encuentra en manos de un sanluqueño residente en México, Jose Luís Marín. El señor le mostró la imagen pocos días antes de morir, a lo que Jose Luís exclamó:
¡San Eustaquio!
Escasos días atrás, la familia de ese amable hombre ha querido que esta pieza la tenga este artista sanluqueño, al que agradecemos desde aquí que haya querido compartir esta preciosa historia con los cofrades de Sanlúcar.
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