Tres años más tarde, en 1988, se marcaría un antes y un después en el Vía Crucis sevillano, por primera vez, una Virgen sin Cristo representaría el culto, recordemos que el Vía Crucis relata las 14 Estaciones de la Pasión del Señor, por lo que se entendería que la Dolorosa de la Soledad de San Lorenzo se podría representar con el final del mismo, una vez Cristo ha muerto.
Pasados diez años, la capital vió a la Virgen de los Dolores de Montes de Oca de los Servitas junto al Cristo de la Providencia, presidir el acto en la cuaresma de 1998.
Y ya en el 2002, la Piedad de la Sagrada Mortaja también con el Señor Descendido de la Cruz, representó a las cofradías de Sevilla en el Vía Crucis.
Cabría destacar también, el Vía Crucis en Madrid de la JMJ, donde Sevilla fue representada por una Imagen de María, concretamente la Virgen de Regla de los Panaderos, que desfiló por el centro de la capital española bajo palio.
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