lunes, 12 de abril de 2010

Crónica de Viernes Santo

Después de la Noche más larga del año comienza la cuenta atrás para el fin de la Semana Grande, ya suenan pocas marchas alegres, los colores que más se perciben son oscuros y la tristeza es la protagonista. Pero aún así se puede disfrutar, porque todo tiene cabida y el Viernes Santo en Sanlúcar se vive como otro día grande...
Este podría ser el año de las novedades para la Hermandad del Santo Entierro, por sus capataces, por sus marchas fúnebres para la Virgen, por la recuperación en el cortejo de las Hermandades de la localidad o por el paso del Cristo Yacente sin urna. Prometía un Viernes Santo espléndido en todos los aspectos...


Las agujas del reloj marcaban las 20.30 horas cuando la Cruz de Guía se adentraba a la Plaza del Barrio de San Pedro, los nazarenos negros comenzaban a desfilar con sus cirios y las insignias de la cofradía. Minutos más tarde el misterio del Descendimiento se colocó frente al pueblo que lo esperaba... El Crucificado de Juan de Astorga salía con su cruz bajada y los costaleros lo sacaron a la calle tras un esfuerzo que fue ovacionado con un aplauso por la gente. El segundo de los pasos salió en silencio y acaparaba todas las miradas, ya que por primera vez se podía apreciar la talla del Cristo Yacente. Más tarde la Virgen de las Angustias avanzaba por su capilla con su clásica marcha "Angustias Gitana" tocada por su propia Banda y se adentró en la plaza a eso de las nueve y media.

Poco después de la salida de la Hermandad, los primeros tramos de nazarenos ya discurrían por el centro, los tres pasos se lucieron en la capillita del Rocío, cada uno a su manera, el misterio arrancó como cada año varios aplausos, el Sto. Entierro lo hizo bajo el rezo y silencio de personas que lo veían pasar y la Virgen de las Angustias con la marcha "Rocío" recibiendo pétalos de flores en su palio.
En el Recorrido Oficial mostraron la seriedad y el trabajo bien hecho de la cofradía, la Banda Juvenil de las Cigarreras interpretó varias marchas al primer paso, luego, las representaciones de las Hermandades se colocaron junto al palco para recibir a Cristo muerto en su paso dorado, y poco a poco llegaba el paso de palio, al compás de su marcha arriando el paso frente al ayuntamiento como es habitual.

Y finalizando la jornada, otra de las novedades, la entrada adelantada de la cofradía, eran las dos menos cuarto cuando los tres pasos ya estaban en el interior de su capilla. El misterio llegaba con un andar magnífico, la Plaza de San Pedro se iba llenando poco a poco de público, se colocó el paso de espaldas a su sede y bajaron la cruz, los costaleros se volvieron y llevaron al Señor de nuevo a su casa tras las palmas de la gente mientras sonaba la marcha real. Como un suspiro entró el titular que da nombre a la Hermandad, dejando un ambiente silencioso y melancólico a su paso, se veían personas persinarse conforme entraba el Cristo. Y llegaba la reina del barrio, que este año parecía llegar a la plaza sin el barullo que se formaba en su entrada, mucha gente frente a ella pero silenciosa, seria... Como iba este año la Virgen y como se colocó de nuevo en su lugar de la capilla...

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