Cuando el sol ya se ha escondido, las puertas de la capilla de Vera+Cruz se abren para ver salir tres pasos que no dejarán indiferente a nadie.

Tras los tramos de nazarenos más "piadosos" llega ella, la que su cara refleja dolor y dulzura a la vez, la Virgen de la Piedad que entra en su plaza con la marcha "La Macarena" de Paco Lola y llega hasta la calle del Huerto al son de tambor.
Luego, en la capillita del Rocío se viven momentos inolvidables para la Hermandad, la calle Juan Carlos I congrega mucha gente el Jueves Santo para ver pasar esta cofradía, ya que sus pasos se lucen maravillosamente. El primero, el misterio llevado por Manuel J. Macías Castaño, se mueve al compás de la Agrupación Cristo del Amor que viene desde Huelva y eso hace arrancar aplausos a los asistentes. El Stmo. Cristo de la Humildad, aparece sin esperarlo en silencio y con la solemnidad que lo caracteriza. Pero el murmullo empieza a sonar cuando la Virgen se acerca, nadie se contiene y el palio hace su revirá y se coloca cara a cara con la Reina de las Marismas, caían pétalos y se escuchaban rezos, la Banda interpretaba la Salve y se podían ver lágrimas en muchos devotos que miraban fijamente a los ojos de la Virgen.

Serían más de las doce, ya comenzada la madrugá, cuando la Virgen de la Plaza se alejaba de ella para subir a la Avenida Concepción Rodríguez Solis y volver por la calle Real. Allí comenzaban a colocarse hermanos y devotos de la Virgen frente a ella, todos colocados de espaldas al cortejo y mirando el paso de palio. Desde que entra en la céntrica calle hasta que entra en su templo el fervor, los aplausos, los llantos y la felicidad de verla un año más se apodera de todos ellos que la disfrutan mientras la Banda Municipal de Aznalcóllar toca marchas que emocionan aún más...

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